Opus 217. Sobre el esmalte de un fondo rítmico de medidas y ángulos, de tonos y matices, retrato del Sr. Félix Fénéon en 1890 - Paul Signac

Opus 217. Sobre el esmalte de un fondo rítmico de medidas y ángulos, de tonos y matices, retrato del Sr. Félix Fénéon en 1890 - Paul Signac

Precio habitual0,00€
/

Autor: Signac
Título: Opus 217. Sobre el esmalte de un fondo rítmico de medidas y ángulos, de tonos y matices, retrato del Sr. Félix Fénéon en 1890
Título inglés: Opus 217. Against the Enamel of a Background Rhythmic with Beats and Angles, Tones, and Tints, Portrait of M. Félix Fénéon in 1890
Ubicación original: Museum of Modern Art, Nueva York, EE. UU.
Año: 1890

Entre la ciencia y el arte, Paul Signac pintó en 1890 Opus 217, un retrato que trasciende la simple representación figurativa para convertirse en una sinfonía de color y forma. Félix Fénéon, crítico de arte y uno de los principales defensores del neoimpresionismo, aparece en la composición con su vestimenta habitual que incluía su abrigo, su sombrero de copa y su característica barba de chivo, mientras detrás de él explota un torbellino de geometrías cromáticas. Esta elección visual no solo responde a una estética decorativa, sino que traduce en pintura las teorías del ritmo visual de Charles Henry, quien buscaba establecer una relación matemática entre el color y la percepción emocional.

La escena fue concebida en el estudio de Signac en París, donde el artista llevó el puntillismo más allá de las técnicas de Seurat, experimentando con la organización del espacio y la fragmentación de la luz. Este retrato es único en la producción de Signac, sin versiones adicionales, lo que refuerza su intención de crear una obra irrepetible que encapsulara la esencia de Fénéon: intelectual, provocador y defensor del arte moderno.

Más allá de sus aspectos técnicos, la pintura es también un reflejo del contexto político y filosófico de finales del siglo XIX. Fénéon, simpatizante del anarquismo, y Signac, un artista comprometido con la ruptura de las reglas académicas, compartían una visión del arte como un acto de rebeldía. En este sentido, Opus 217 no solo representa a un hombre, sino a una mentalidad que desafía la tradición, uniendo el caos visual con la precisión científica.

El neoimpresionismo, movimiento al que pertenece la obra, se desarrolló como una respuesta al impresionismo, estructurando sus pinceladas en pequeños puntos de color puro que generaban un efecto óptico en el espectador. Años después, este enfoque influiría en el fauvismo y en las primeras exploraciones del arte abstracto, donde el color y la forma ya no dependerían de la realidad, sino de su propio lenguaje expresivo.

Desde 1991, la pintura forma parte del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), consolidándose como una de las piezas más influyentes de la modernidad pictórica. Con su estructura matemática y su exaltación del color, Opus 217 sigue desafiando la mirada contemporánea, demostrando que el arte y la ciencia pueden fusionarse en una misma obra sin perder su capacidad de emocionar.